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Posts Tagged ‘nacido del Espiritu’

RECIBIREIS PODER-Persona, Presencia y  Obra del Espíritu  Santo-parte 10-   

CORAZON CON LEVADURA

 “Y volvió a decir: ¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo hubo fermentado” (Lucas 13:20, 21).

La parábola ilustra el poder de penetración y asimilación que tiene el evangelio, cuando obra en el corazón de los feligreses, para darle a la iglesia un carácter a la  semejanza divina. Como la levadura actúa en la harina, así el Espíritu de Dios obra en la vida del creyente que absorbe todas sus capacitaciones y poder, conformando su espíritu, mente y cuerpo a la semejanza de Cristo.

En la parábola, la mujer mezcló la levadura con harina. Era necesario suplir una necesidad, De este modo, Dios desea enseñarnos que, fuera de El, no existe ningún otro medio de salvación.  Mediante el ejercicio de la voluntad nadie puede transformarse por sí mismo.  La verdad tiene que ser recibida en el corazón.  Así opera la levadura celestial. Gracias a su poder vitalizante y transformador cambia el corazón.  Despierta nuevos pensamientos, nuevos sentimientos, nuevos deseos y propósitos. 

Se produce un cambio del la mente, y se ponen en acción todas sus capacidades.  No es que al hombre se le impartan nuevas facultades, sino que éstas son santificadas. La conciencia que había estado muerta, ahora despierta. Pero el hombre sólo no puede hacer esta obra por sí mismo.  La realiza únicamente el Espíritu Santo. Todos los que desean sean ser salvos, encumbrados o inferiores, ricos o pobres, deben someterse a la acción de ese poder.

A  Nicodemo, Cristo le presentó la verdad de este modo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios…Lo que es nacido de la carne, carne es; lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.  No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.  El viento sopla de donde quiere, y oyes sus sonido; más ni sabes de donde viene, ni a donde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu” (Juan 3:3, 6-8).

Cuando nuestras mentes estén controladas por el Espíritu de Dios, podremos entender las lecciones que nos enseña la parábola de la levadura.  Los que abren su corazón para recibir la verdad, podrán experimentar el gran poder transformador que tiene la Palabra de Dios.

 

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EL CAMINO A CRISTO -EL PRINCIPE DEL CIELO- parte 20

COMO LOGRAR UNA MAGNIFICA RENOVACION

COMO PERMANECER CERCA DE EL Y SOSTENER UNA VIDA VICTORIOSA EN CRISTO-parte 1-

”Si alguno está en Cristo, es una nueva criatura: las cosas viejas pasaron ya, he aquí todo se ha hecho nuevo” (1 Cor.5:17).Tal vez alguno no podrá decir el tiempo o el lugar exacto, ni trazar toda la cadena de circunstancias del proceso de su conversión; pero ésto no prueba que no se haya convertido, Cristo dijo a Nicodemo: “El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido, más no sabes de donde viene, ni adonde va, así es todo aquel que es nacido del Espíritu.”  (Juan 3:8).  Así como el viento es invisible y, sin embargo, se ven y se sienten claramente sus efectos, así obra el Espíritu de Dios en el corazón humano.

El poder regenerador que ningún ojo humano puede ver engendra una vida nueva en el alma; crea un nuevo ser conforme a la imagen de Dios. Aunque la obra del Espíritu es silenciosa e imperceptible, sus efectos son manifiestos. Cuando el corazón ha sido renovado por el Espíritu de Dios el hecho se manifiesta en la vida.  Al paso que no podemos hacer nada para cambiar nuestro corazón, ni para  ponernos en armonía con Dios, al paso que no debemos confiar para nada en nosotros ni en nuestras buenas obras, nuestras vidas han de revelar si la gracia de Dios mora en nosotros.

Se notará un cambio en el carácter, en las costumbres y ocupaciones. La diferencia será muy clara e inequívoca entre lo que han sido y lo que son. El carácter se da a conocer no por las obras buenas o malas que de vez en cuando se ejecutan, sino por la tendencia de las palabras y de los actos en la vida diaria.

Es cierto que puede haber una corrección del comportamiento externo, sin el poder regenerador de Cristo.  El amor a la influencia y el deseo de la estimación de otros pueden producir una vida muy ordenada.  El respeto propio puede impulsarnos a evitar la apariencia del mal. Un corazón egoísta puede ejecutar obras generosas.  ¿De que medio nos valdremos, entonces para saber a que clase pertenecemos?

¿Quién posee nuestro corazón? ¿Con quién están nuestros pensamientos? ¿De quién nos gusta hablar? ¿Para quién son nuestros afectos y nuestras mejores energías? Si somos de Cristo, nuestros pensamientos están con El y nuestros más gratos pensamientos son para El. Todo lo que tenemos y somos lo hemos consagrado a El. Deseamos vehementemente ser semejantes a El, tener su Espíritu, hacer su voluntad y agradarle en todo.

Los que son hechos nuevas criaturas en Cristo Jesús manifiestan los frutos del Espíritu:amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza.”  (Gal.5:22,23). Ya no se conforman por mas tiempo con las concupiscencias anteriores, sino que por la fe del Hijo de Dios siguen sus pisadas, reflejan su carácter y se purifican a sí mismos así como El es puro.  Aman ahora las cosas que en un tiempo aborrecían y aborrecen las cosas que en otro tiempo amaban. El que era orgulloso y dominante, ahora es manso y humilde de corazón.  El que antes era vano y altanero, ahora es serio y discreto, El que antes era borracho, ahora es sobrio y el que era libertino, ahora es puro.  Han dejado las costumbres y modas vanas del mundo.  Los cristianos no buscan “el adorno exterior”, sino que interior el del corazón, y un espíritu manso y sosegado. (Elena White)

 

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