DOCTRINA DE LA IGLESIA VERDADERA
EL FRUTO DEL BAUTISMO.
El fruto que produce el bautismo es una vida por Cristo. Los propósitos y aspiraciones están enfocados en Cristo y no en el yo. “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Col. 3:1, 2). “Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús” (2 Ped.1:2). Mantenemos una relación especial con Cristo, la Cabeza de la iglesia, del cuál recibimos una provisión cotidiana de gracia para crecer y desarrollarnos en amor (Efe. 4:16).
En nuestros días Dios espera ansioso que entremos en la vida abundante que tan misericordiosamente ha provisto. “AHORA, PUES ¿POR QUÉ TE DETIENES? LEVÁNTATE Y BAUTÍZATE Y LAVA TUS PECADOS, INVOCANDO SU NOMBRE” (HECH.22:16).
Referencias
Una ordenanza es una observancia o rito religioso simbólico establecido que proclama las verdades centrales del Evangelio y que es de obligación universal perpetua.
CRISTO PRESCRIBIÓ DOS ORDENANZAS, EL BAUTISMO Y LA CENA DEL SEÑOR. Una ordenanza no es un sacramento en el sentido de ser un opus operatum, es decir, un hecho que imparte gracia y efectúa salvación en sí mismo y por sí mismo.
EL BAUTISMO Y LA CENA DEL SEÑOR son sacramentos únicamente en el sentido de ser como el sacramentum, el juramento que prestaban los soldados romanos, comprometiéndose a obedecer a su comandante aún hasta la muerte. Estas ordenanzas implican un voto de lealtad total a Cristo.
En 1ª. Corintios 15, Pablo hace énfasis en el significado de la resurrección de los muertos, y rechaza la noción de que no hay resurrección. Muestra que si no hay resurrección, la fe del creyente es vana e inútil (1Cor 15: 14,17).