LA VERDAD ACERCA DE LOS ANGELES-RESPUESTAS FIRMEMENTE BASADAS EN LA PALABRA DE DIOS—parte 30-
LOS ÁNGELES EN LA ERA PATRIARCAL-parte 1-
ABRAHÁN
Dios confirió un gran honor a Abrahán. Los ángeles del cielo anduvieron y hablaron con él como con un amigo. (PP-132-)
El Señor comunicó su voluntad a Abrahán mediante los ángeles. Cristo mismo apareció ante él y le informó detalladamente acerca de los requerimientos de la ley moral, y acerca de la gran salvación que habría de lograrse mediante su propio sacrificio. (RH)
Después del nacimiento del Ismael, el Señor se manifestó nuevamente a Abrahán y le dijo: “Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo” (Gen.17:7). De nuevo el Señor repitió por medio de su ángel la promesa de dar un hijo a Sara, y que ella sería madre de muchas naciones. (HR-80-)
Cuando los juicios de Dios estaban por caer sobre Sodoma, este hecho no le fue ocultado y él se convirtió en intercesor de los pecadores para con Dios. Su entrevista con los ángeles presenta también un hermoso ejemplo de hospitalidad.
En el caluroso mediodía estival, el patriarca estaba sentado a la puerta de su tienda, contemplando el tranquilo panorama, cuando vio a lo lejos a tres viajeros que se aproximaban. Antes de llegar a su tienda, los forasteros se detuvieron, como para consultarse respecto al camino que debían seguir. Sin esperar que le solicitasen favor alguno, Abrahán se levantó rápidamente, y cuando ellos parecían volverse hacia otra dirección, el se apresuró a acercarse a ellos, y con la mayor cortesía les pidió que le honrasen deteniéndose en su casa para descansar.
Con sus propias manos les trajo agua para que se lavasen los pies y se quitasen el polvo del camino. El mismo escogió los alimentos para los visitantes y mientras descansaban bajo la sombra refrescante, se sirvió la mesa, y él se mantuvo respetuosamente al lado de ellos, mientras participaban de su hospitalidad.
Abrahán no había visto en sus huéspedes más que tres viajeros cansados. No imaginó que entre ellos había Uno a quien podría adorar sin cometer pecado. En ese momento le fue revelado el verdadero carácter de los mensajeros celestiales. Aunque iban en camino como mensajeros de ira, a Abrahán, el hombre de fe, le hablaron primeramente de bendiciones.
Abrahán había honrado a Dios, y el Señor le honró haciéndole partícipe de sus consejos, y revelándole sus propósitos. Dios conocía bien la medida de la culpabilidad de Sodoma; pero se expresó a la manera de los hombres, para que la justicia de su trato fuese comprendida. Antes de descargar sus juicios sobre los transgresores, iría El mismo a examinar su conducta; sin no habían traspasado los límites de la misericordia divina, les concedería todavía más tiempo para que se arrepintieran. (PP-132-134-)
LA DESTRUCCIÓN DE SODOMA Y GOMORRA
Continúa en parte 31