HISTORIA Y PROFECIA MUNDIAL-parte 10-
EL TIEMPO DEL JUICIO- parte 2-
EL Señor declara mediante el profeta Isaías: “YO, YO SOY EL QUE BORRO TUS REBELIONES POR AMOR DE MI MISMO, Y NO ME ACORDARE DE TUS PECADOS.” (Isaías 43:25). Esto ocurrirá en la resurrección de los justos, porque la escritura dice claramente” “Y LOS QUE HICIERON LO BUENO, SALDRAN A RESURRECCIÓN DE VIDA” (Juan 5:29; 1ª. Tes.4:4-16). Jesús declara mediante el profeta Juan: “EL QUE VENCIERE SERÁ VESTIDO DE VESTIDURAS BLANCAS; Y NO BORRARE SU NOMBRE DEL LIBRO DE LA VIDA, Y CONFESARE SU NOMBRE DELANTE DE MI PADRE; Y DELANTE DE SUS ÁNGELES”. (Apoc.3:5).
La intercesión de Cristo por el hombre ante el trono de su Padre en el cielo (Heb.8:1) es tan esencial dentro del plan de salvación como lo fue su muerte sobre la cruz (Heb.9:24). Jesús ha abierto el camino hacia el trono de su Padre, y mediante su intermediación, los sinceros deseos de todos aquellos que vienen a El con su fe, podrán ser presentados ante Dios. “ACERQUEMONOS, PUES, CONFIADAMENTE AL TRONO DE LA GRACIA, PARA ALCANZAR MISERICORDIA Y HALLAR GRACIA PARA EL OPORTUNO SOCORRO”. (Heb.4:16).
Jesús intercede a favor de nosotros a causa de sus manos heridas y su cuerpo quebrantado. EL declara a todos aquellos que le siguen: “BASTATE MI GRACIA”. (2a.Cor.12:9). “LLEVAD MI YUGO SOBRE VOSOTROS (SUS DIEZ MANDAMIENTOS), Y APRENDED DE MI, QUE SOY MANSO Y HUMILDE DE CORAZON; Y HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS: PORQUE MI YUGO ES FACIL, Y LIGERA MI CARGA.” (Mateo 11:29-30).
Tan pronto nuestra conciencia despierta, mediante el trabajo del Espíritu Santo, nos damos cuenta de la culpa, del poder y la miseria del pecado, y llegamos al punto en el cuál lo detestamos. Nos daremos cuenta de que el pecado nos ha separado de Dios, y que estamos en esclavitud y bajo el poder del maligno. Cuanto más tratamos de huir del pecado, más podemos ver nuestra debilidad. Nuestros motivos y nuestros corazones están contaminados. Nos damos cuenta que nuestra vida esta llena de orgullo. Comenzamos a desear el perdón, la pureza y la libertad.
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