DIOS EL HIJO –tercera parte-(profecía de Daniel-70 semanas)
EL TIEMPO DE SU MINISTERIO Y MUERTE: La Biblia revela que Dios envió a su Hijo al mundo “cuando vino el cumplimiento del tiempo” (Gal.4:4). Cuando Cristo comenzó su ministerio, proclamó: “El tiempo se ha cumplido” (Mar.1:15). Estas referencias al tiempo indican que la misión del Salvador procedió en armonía con los exactos planes proféticos.
Más de cinco siglos antes, por medio de Daniel, Dios había predicho el tiempo exacto del comienzo del ministerio de Cristo, así como de su muerte. Hacia el fin de los 70 años de la cautividad de Israel en Babilonia, Dios le reveló a Daniel que les había asignado a los judíos y a la ciudad de Jerusalén un período de prueba de 70 semanas. Durante este tiempo, los miembros de la nación judía debían cumplir los propósitos que Dios tenía para ellos, arrepintiéndose y preparándose para la venida de Mesías.
La profecía de Daniel especificaba que el Mesías había de aparecer “siete semanas, y sesenta y dos semanas”, es decir un total de 69 semanas, a partir de “la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén” (Dan.9:25). “Después de la semana número 69 se quitará la vida al Mesías, más no por sí” (Dan.9:26). Estas palabras son una referencia a su muerte vicaria. Habrá de morir a la mitad de la semana número 70, haciendo “cesar el sacrificio y la ofrenda” (Dan.9:27).
La clave que permite comprender las profecías cronológicas se encuentra en el principio bíblico según el cuál un día de tiempo profético equivale a un año solar literal (Num.14:34; Eze.4:6). Según este principio de día por año, las 70 semanas (o 490 días proféticos), representan entonces 490 años literales. (70 semanas por 7 días de cada semana=490 días, día por año =490 años).
Daniel declara que este período había de comenzar “desde la salida de la orden para restaurar y edificar Jerusalén” (Dan.9:25) Este decreto que concedía plena autonomía a los judíos, fue proclamado en el año séptimo del rey persa Artajerjes, y se hizo efectivo en el otoño del año 457AC (Esdras 7:8, 12-26; 9:9). Según la profecía, “el Mesías Príncipe” aparecería 483 años (69 semanas proféticas) después de la promulgación del decreto. Si contamos 483 años después del 457 AC, llegamos al otoño del año 27 de la era cristiana, cuando Jesús fue bautizado y comenzó su ministerio público. Solo Dios pudo haber predicho la venida de su Hijo con una precisión tan asombrosa que desafía toda explicación racionalista. En ocasión de su bautismo en el Jordán, Jesús fue ungido por el Espíritu Santo y recibió el reconocimiento de Dios como el “Mesías” (hebreo) o el “Cristo” (griego); ambos términos significan “el Ungido” (Luc.3:21,22; Hech.10:38; Juan 1:41). La proclamación de Jesús “El tiempo se ha cumplido” (Mar.1:15), se refiere al cumplimiento de esta profecía cronológica.
A la mitad la septuagésima semana, en la primavera del año 31 de nuestra era, exactamente tres años y medio después del bautismo de Cristo el Mesías causó el fin del sistema de los sacrificios al entregar su propia vida. En el momento de su muerte, “el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo” (Mat.27:51), indicando así la abolición de todos los servicios del templo, por decisión divina.
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