DOCTRINA DE LA VIDA CRISTIANA
UNA SEÑAL DE JUSTIFICACIÓN POR LA FE. Los cristianos reconocen que sí se dejan guiar por una conciencia iluminada, los no cristianos que buscan honestamente la verdad pueden ser llevados por el Espíritu Santo a la comprensión de los principios generales de la Ley de Dios (Rom.2: 14-16). Esto explica por qué los otros nueve mandamientos, fuera del cuarto, han sido practicados en cierto modo fuera de la cristiandad. Pero ese no es el caso del mandamiento relativo al sábado.
Muchos pueden ver la razón de tener un día semanal de descanso, pero a menudo les resulta difícil comprender por qué la misma clase de trabajo que en cualquier otro día de la semana es considerado correcto y digno, es un pecado cuando se lo realiza el séptimo día. Para el cristiano hay una sola razón; y esa razón basta: DIOS HA HABLADO.
Es únicamente en base a la revelación especial de Dios que se puede comprender cuán razonable es observar el séptimo día. Por tanto, los que guardan el sábado lo hacen POR FE y porque confían en Cristo, quién requiere su observancia. Más bien observan el sábado como resultado de su relación con Cristo, el Creador y Redentor. El hecho de guardar el sábado es el producto de la justicia de Cristo en la justificación y la santificación, significando así que los creyentes han sido liberados de la esclavitud del pecado y han recibido su perfecta justicia.
Un manzano no se convierte en manzano cuando da manzanas. Primero tiene que ser manzano. Luego vienen las manzanas como su fruto natural. Así también el verdadero cristiano no guarda el sábado o los otros nueve preceptos con el fin de hacerse justo a sí mismo. Más bien éste es el fruto natural de la justicia que Cristo comparte con él. El que guarda el sábado, no es un legalista, ya que el acto externo de guardar el séptimo día demuestra la experiencia interior del creyente en la justificación y la santificación. Por esto el verdadero guardador del sábado no se abstiene de acciones prohibidas durante las horas sagradas con el fin de ganar el favor de Dios, sino porque ama a Dios y desea hacer que el sábado cuente al máximo en comunión especial con El.
Guardar el sábado revela que hemos cesado de depender de nuestras propias obras. El acto de guardar el día correcto en la forma correcta es una señal de la justificación por la fe.
UN SÍMBOLO DE REPOSO EN CRISTO. El sábado, monumento de la obra que Dios realizó al librar a Israel de Egipto y llevarlos al reposo de la Canaán terrenal, distinguió a los redimidos de ese tiempo de las naciones que los rodeaban. En forma similar, el sábado es señal de la liberación del pecado y la entrada al reposo de Dios, lo cuál aparta del mundo a los redimidos. Este reposo es espiritual, un descanso de nuestras propias obras, la cesación del pecado.
Es a este reposo al que Dios llama a su pueblo. La observancia del séptimo día sábado testifica de este modo no sólo acerca de la fe en Dios como el Creador de todas las cosas, sino también de la fe en su poder de transformar la vida y proveer para los seres humanos la idoneidad para entrar en ese “reposo” eterno que El se proponía originalmente conceder a todos los habitantes de este mundo. “Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios” (Heb.4:9).
El Nuevo Testamento llama al cristiano a no demorarse en experimentar este reposo de gracia y fe, ya que “hoy” es el momento oportuno para entrar en él (Heb4:7; 3:13). Todos los que han entrado en este reposo -la gracia salvadora recibida por fe en Jesucristo- han cesado todo esfuerzo por lograr justicia por sus propias obras. DE ESTE MODO, LA OBSERVANCIA DEL SÉPTIMO DÍA SÁBADO ES UN SÍMBOLO O DEMOSTRACIÓN DE QUE EL CREYENTE HA ENTRADO EN EL REPOSO QUE PROVEE EL EVANGELIO.
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