MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 228-
PRINCIPIOS TERAPEUTICOS Y SU APLICACIÓN -parte 5-
UNA TERAPIA MENTAL SEGURA: Deberíamos depender de Dios, para que nuestras vidas fueran sencillamente el desarrollo de su voluntad. A medida que le encomendemos nuestros caminos. El dirigirá nuestros pasos. -parte 2-
DEPENDAMOS CONSTANTEMENTE DE DIOS: Muchos son incapaces de idear planes definidos para el porvenir. Su vida es inestimable. No pueden entrever el desenlace de los asuntos, y ésto los llena a menudo de ansiedad e inquietud.
Recordemos que la vida de los hijos de Dios en este mundo es vida de peregrino. No tenemos sabiduría para planear nuestra vida. No nos incumbe amoldar el futuro a nuestra existencia.
“Por fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por heredad; y salió sin saber donde iba” (Heb.11:8)
Cristo, en su vida terrenal, no se trazó planes personales. Aceptó los planes de Dios para él, y día tras día el Padre se los revelaba.
Así deberíamos nosotros también depender de Dios, para que nuestras vidas fueran sencillamente el desarrollo de su voluntad. A medida que le encomendemos nuestros caminos. El dirigirá nuestros pasos.
VALOR DE LA TERAPIA OCUPACIONAL: Sería más beneficioso para los pacientes permitirles que hagan algún trabajo liviano, e incluso instarlos a que lo hagan, que animarlos a que queden inactivos y ociosos.
La mayor ayuda que se les podrá dar para la recuperación de la salud es ayudarlos a mantener activa la fuerza de voluntad para que despierten las facultades dormidas.
Si se los separa del trabajo a los que han estado sobrecargados toda la vida, en nueve de cada diez casos ese cambio les hará daño.
Un trabajo liviano podría ocupar y distraer la mente, e impedir que se piense en los síntomas y pequeños malestares, y también alejar la nostalgia.
EJERCICIO FÍSICO BIEN DIRIGIDO: Cuando los enfermos no tienen nada en que invertir su tiempo y atención, concentran sus pensamientos en sí mismos y se vuelven irritables.
Muchas veces se espacian en lo mal que se sienten, hasta figurarse que están mucho peor de lo que están y creer que no pueden hacer absolutamente nada. En todos estos casos un ejercicio físico bien dirigido resultaría un remedio eficaz. En algunos casos es indispensable para la recuperación de la salud.
La voluntad acompaña al trabajo manual; y lo que necesitan esos enfermos es que se les despierte la voluntad. Cuando la voluntad duerme, la imaginación se vuelve anormal y se hace imposible resistir la enfermedad.
QUIEN CONSUELE A LOS DEMÁS SE CONSUELA A SI MISMO: Muchas veces se solicitan oraciones por los afligidos, los tristes y los desalentados, y esto es correcto. Debemos orar para que Dios derrame luz en la mente entenebrecida y consuele al corazón entristecido.
Pero Dios responde la oración hecha a favor de quienes se colocan en el canal de sus bendiciones. A la par que rogamos por estos afligidos, debemos animarlos a que hagan algo en auxilio de otros más necesitados que ellos.
Las tinieblas se desvanecerán de sus corazones al procurar ayudar a otros. Al tratar de consolar a los demás con el consuelo que hemos recibido, la bendición refluye sobre nosotros.
Elena White
Continúa en parte 229
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