MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 115-
LA FE. Deberíamos saber por nosotros mismos qué es el cristianismo, qué es la verdad, qué es la fe que hemos recibido, cuáles son las reglas bíblicas, las reglas que se nos han dado proveniente de la más alta autoridad. -parte 3-
CULTIVEMOS LA FE: Los que hablen acerca de la fe y la cultiven tendrán fe, pero los que abriguen dudas y las expresen, tendrán dudas. No crean que porque han cometido errores siempre deben estar bajo condenación, porque eso no es necesario. No permitan que la verdad sea rebajada ante sus mentes porque los que la profesan no viven vidas consecuentes.
Conserven la fe en la verdad del mensaje del tercer ángel. (Leer Historia y Profecía Mundial -1.08 Mensaje del Tercer ángel) Si no cultivan la fe, su importancia gradualmente será desplazada de sus mentes, y corazones. Tendrán una experiencia semejante a la de las vírgenes insensatas, que no hicieron provisión de aceite para sus lámparas, y sus luces se extinguieron.
La fe debe ser cultivada. Si se ha debilitado, es semejante a una planta enferma que hay que poner al sol, regarla cuidadosamente y atenderla.
LA FE SE ELEVA POR ENCIMA DE LAS SOMBRAS: Cuando las nubes se interponen entre nuestra alma y Dios, cuando hay tinieblas a nuestro alrededor, cuando el enemigo está listo para robarle al alma su integridad hacia Dios y la verdad, y cuando el error es considerado plausible y atractivo, entonces es tiempo de orar y ejercer fe en Dios…el alma alimentando esa fe, es capaz de levantarse por encima de si misma y de traspasar la infernal sombra que el enemigo arroja a través de la senda de cada alma que lucha por la corona inmortal.
LA FE DESCANSA EN LA EVIDENCIA: La palabra del Señor, hablada por sus siervos, es recibida por muchos con dudas y temores. Y muchos postergan su obediencia a la amonestación y a los reproches dados, esperando hasta que haya desaparecido de su mente toda sombra de incertidumbre. La incredulidad que exige perfecto conocimiento no quiere ceder a la evidencia de que Dios se complace en dar.
El requiere de su pueblo una fe que descanse en el peso de la evidencia, no sobre el conocimiento perfecto. Los que siguen a Cristo, que aceptan la luz que Dios les manda, deben obedecer la voz de Dios que les habla cuando hay muchas otras voces que claman contra ella. Requiere discernimiento el distinguir la voz de Dios.
Deberíamos saber por nosotros mismos qué es el cristianismo, qué es la verdad, qué es la fe que hemos recibido, cuáles son las reglas bíblicas, las reglas que se nos han dado proveniente de la más alta autoridad. Hay muchos que creen sin tener una razón para fundamentar su fe, sin suficiente evidencia acerca de la verdad del asunto.
Si se presenta una idea que concuerda con sus propias opiniones preconcebidas, todos están listos para aceptarla. No razonan de causa a efecto. Su fe no tiene un fundamento genuino, y en el tiempo de prueba descubrirán que han edificado sobre la arena.
LA FE DEBE EXPRESARSE: Si manifestáramos más nuestra fe si nos regocijáramos más en la bendiciones que ahora tenemos –la gran misericordia, la paciencia y el amor de Dios- cada día tendríamos más fuerza. Las preciosas palabras pronunciadas por Cristo, el Príncipe de Dios, poseen una seguridad y un poder que debería ejercer gran influencia en nosotros, para hacernos creer que nuestro Padre Celestial está deseoso de dar su Espíritu Santo a quienes se lo pidan.
Elena White
Continúa en parte 116
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