MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 103-
LA COMUNICACIÓN. Recordemos que por nuestras palabras seremos justificados o condenados. La lengua necesita freno. Las palabras que pronunciamos son semillas que producirán fruto para bien o para mal.–parte 3-
EVITEMOS EL SACARSMO, LA INDIFERENCIA Y LA BURLA: Debemos manifestar el amor, no sólo para los favoritos, sino para cada alma que tiene la mano y el corazón en el ministerio; porque todos los que hacen esta obra son del Señor. EL obra por medio de ellos. Aprenden lecciones de amor de la vida de Jesús. Tengan cuidado los hombres acerca de cómo hablan a sus semejantes.
El sarcasmo no debería surgir en ninguna mente ni en ningún corazón. Ni siquiera el matiz de la burla debería manifestarse en la voz. Pronuncien una palabra egoísta, asuman una actividad indiferente, manifiesten sospecha, prejuicio y rivalidad, y de esa manera podemos hacer una obra perjudicial para un alma.
BUSQUEDA DE FALTAS Y LA REPRENSION FOMENTAN EL ENGAÑO: (consejo a un hombre censurador). Sus palabras de intolerancia hieren a sus hijos. A medida que crezcan, se intensificará en ellos la tendencia a criticar. El hábito de censurar está corrompiendo su propia vida y se extiende a su esposa y a sus hijos. Estos no son estimulados a darle su confianza ni a reconocer sus propios defectos, porque saben que a continuación Ud. expresará severas reprensiones.
Con frecuencia sus palabras son como granizo asolador que quebranta las tiernas plantas. Es imposible evaluar el daño así causado. Sus hijos practican el engaño para evitar las palabras duras que Ud. pronuncia. Procuran eludir la verdad para escapar a la censura y al castigo. Una orden fría y dura no los beneficiará.
ELIMINEMOS TODA PALABRA DESCUIDADA: Recordemos que por nuestras palabras seremos justificados o condenados. La lengua necesita freno. Las palabras que pronunciamos son semillas que producirán fruto para bien o para mal. Ahora es el momento cuando debemos sembrar. El buen hombre, del buen tesoro de su corazón saca buenas cosas. ¿Por qué? Porque Cristo es una presencia permanente en el alma.
La verdad santificadora es un depósito de sabiduría para todos los que la practican. Como una fuente de vida, surge para vida eterna. Aquél en cuyo corazón no mora Cristo, se entregará a una conversación barata, a exageraciones que harán daño. La lengua que dice cosas perversas y comunes, con expresiones vulgares, necesita que se le aplique una brasa del altar.
LA MURMURACION IMPIDE EL CRECIMIENTO: Hay hombres que poseen excelentes facultades pero que se han detenido y no progresan. No avanzan hacia la victoria. Y la habilidad que Dios les ha concedido carece de valor para su causa porque no la usan. Encontramos muchos murmuradores entre estos hombres. Se quejan porque, según dicen, no se los aprecia. Pero ellos mismos no se aprecian lo suficiente como para cooperar con el mayor Maestro que el mundo haya conocido.
CUANDO HABLAMOS DE LA FE, ESTA AUMENTA: Mientras más hablemos acerca de la fe, más fe tendremos. Mientras más nos refiramos al desánimo, hablando a los demás de nuestras pruebas y espaciándonos en ellas, más desánimo y pruebas tendremos. ¿Para qué lamentarnos de lo que no podemos evitar? Dios nos está invitando a cerrar las ventanas del alma a las cosas de la tierra, a fin de abrirlas hacia el cielo, para que el Señor pueda inundar nuestros corazones con su gloria.
A VECES LAS REPRESIONES SON NECESARIAS: Aunque nuestras palabras siempre deben ser amables y tiernas, nunca deberíamos decir nada que convenciera al malhechor de que Dios no pone objeciones a su camino. Esta clase de simpatía es terrenal y engañosa. No se da licencia para indebidas manifestaciones de afecto. Los que obran mal necesitan consejo y reprensión, y a veces tienen que ser duramente amonestados. (Elena White)
Continúa en parte 104
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