MENTE, CARÁCTER Y PERSONALIDAD-parte 21-
EL ESTUDIO DE LA BIBLIA Y LA MENTE: Sin la Biblia seríamos confundidos por las falsas teorías. La mente estaría sujeta a la tiranía de la superstición y la falsedad. Pero poseyendo una historia auténtica del comienzo del mundo, no necesitamos enredarnos con conjeturas humanas y teoría indignas de confianza. -parte2-
ACEPTARLA CON FE SENCILLA: Dios desea que el hombre ejercite sus facultades de raciocinio; y el estudio de la Biblia fortalecerá y elevará el intelecto como ningún otro estudio puede hacerlo. Es el mejor ejercicio intelectual y espiritual para la mente humana.
Sin embargo, no debemos endiosar la razón, que está sujeta a la debilidad y flaqueza de la humanidad. Si no queremos que las Escrituras queden veladas para nuestro entendimiento, de manera que no podamos comprender las más claras verdades, debemos tener la sencillez y fe de un niño, estar listos para aprender y solicitar la ayuda del Espíritu Santo. Debemos abrir la Palabra con reverencia como si entráramos en la misma presencia de Dios.
LA BIBLIA DIRIGE LA VIDA RECTAMENTE: La Biblia entera es una revelación de la gloria de Dios en Cristo. Aceptada, creída y obedecida, constituye el gran instrumento para la transformación del carácter. Es el gran estímulo, la fuerza que constriñe, que vivifica las facultades físicas, mentales y espirituales y encauza debidamente la vida.
La razón por la cual los jóvenes, y aún los de edad madura, se ven fácilmente inducidos a la tentación y al pecado es porque no estudian la Palabra de Dios ni la meditan como debieran. No hacen esfuerzos verdaderos por dirigir la mente hacia lo que le inspiraría pensamientos puros y santos y los apartaría de lo impuro y falso.
UN CORAZON NUEVO SIGNIFICA UNA MENTE NUEVA: “Un corazón nuevo pondré dentro de ti” significa “Te daré una mente nueva”. Quien presta cuidadosa y devota atención a las Escrituras, obtendrá una comprensión clara y un juicio sólido, como si al volverse a Dios hubiera alcanzado un grado más alto de inteligencia y quedará sorprendido de encontrar lo que la mente puede lograr.
ADIESTRAR LA MEMORIA AYUDA LA MENTE: La mente deber ser refrenada y no se le debe permitir que divague. El capítulo 58 de Isaías es útil para este propósito. Construya un muro para el alma con las restricciones e instrucciones dadas por la inspiración del Espíritu de Dios.
EL ESTUDIO DE LA BIBLIA PRODUCE MENTES BIEN EQUILIBRADAS: Los que están bajo el adiestramiento del Espíritu Santo serán capaces de enseñar la Palabra con inteligencia.
El resultado de tal estudio serán mentes equilibradas; porque se desarrollarán armoniosamente las facultades físicas, mentales y morales.
Sin la Biblia seríamos confundidos por las falsas teorías. La mente estaría sujeta a la tiranía de la superstición y la falsedad. Pero poseyendo una historia auténtica del comienzo del mundo, no necesitamos enredarnos con conjeturas humanas y teoría indignas de confianza. Ninguna ciencia es comparable con la ciencia que revela el carácter de Dios.
DOTA DE VIGOR A LAS FACULTADES: La Biblia es nuestro mapa que nos guía a través del tormentoso mar de la vida, nos muestra el camino hacia las mansiones eternas y el carácter que debemos poseer para habitar en ellas.
Fortalece la mente, el intelecto encuentra temas del más elevado carácter para ejercitar sus potencialidades, dota de vigor todas nuestras facultades, expande la mente, obtendremos preciosas gemas con las cuales enriquecer el alma. Así aprenderemos la verdadera manera de vivir y la manera segura de morir.
LA BIBLIA ES UNA REVELACIÓN DE JEHOVÁ: Durante todo el tiempo este Libro ha de conservarse como una revelación de Jehová. Los oráculos divinos fueron entregados a los seres humanos para ser el poder de Dios.
Las verdades de la Palabra de Dios no son meros sentimientos, sino las declaraciones del Altísimo. Quien hace de estas verdades un parte de su vida llega a ser en todo sentido una nueva criatura. No se le dan nuevos poderes mentales, pero la oscuridad que por la ignorancia y el pecado ha nublado el entendimiento se desvanecen. (Elena White)
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