LA FUENTE DE CURACION-parte 73-
LA HIGIENE ENTRE LOS ISRAELITAS-parte 1-
En la enseñanza que Dios dio a Israel, la conservación de la salud fue objeto de particular cuidado. El pueblo que había salido de la esclavitud contagiado por los hábitos de desaseo contrarios a la salud, recibió estricta educación en el desierto antes de entrar en Canaán. Se les enseñaron los principios de la higiene y se les sometió a leyes sanitarias.
PREVENCION DE LA ENFERMEDAD
No sólo en su servicio religioso, sino en todos los asuntos de la vida diaria observaban los israelitas la distinción entre lo puro y lo impuro. Todo aquél que tuviese algo que ver con enfermedades contagiosas e infecciosas quedaba aislado del campamento y no se le permitía volver sin previa purificación de su persona y su ropa.
EL REGIMEN ALIMENTARIO
La distinción entre lo puro y lo impuro se aplicaba también al régimen alimentario:
“…YO JEHOVÁ VUESTRO DIOS, QUE OS HE APARTADO DE LOS PUEBLOS. POR TANTO VOSOTROS HAREIS DIFERENCIA ENTRE ANIMAL LIMPIO E INMUNDO, Y ENTRE AVE INMUNDA Y LIMPIA: Y NO CONTAMINEIS VUESTRAS PERSONAS CON LOS ANIMALES, NI CON LAS AVES, NI CON NINGUNA COSA QUE SE ARRASTRA SOBRE LA TIERRA, LAS CUALES OS HE APARTADO POR INMUNDAS”. (Levítico 20:24,25)
Muchos alimentos que los paganos comían con toda libertad les estaban prohibidos a los israelitas. Y la prohibición no era arbitraria, pues se trataba de manjares nocivos, y el hecho de que eran declarados inmundos enseñaba que tales manjares contaminan. Lo que corrompe el cuerpo tiende a corromper el alma. El que lo consume va quedando por ello inhabilitado para tener comunión con Dios y para rendirle un servicio elevado y santo.
En la tierra prometida, la disciplina que había principiado en el desierto continuó en circunstancias favorables a la formación de buenos hábitos. El pueblo no vivía apiñado en ciudades, sino que cada familia poseía su parcela de tierra y ésto aseguraba a todos las vivificantes bendiciones de una vida pura y conforme a la naturaleza.
Respecto a las prácticas crueles y licenciosas de los cananeos, desposeídos por Israel, dijo el Señor:
“NO ANDEIS EN LAS PRACTICA DE LAS NACIONES QUE YO ECHARE DE DELANTE DE VOSOTROS; PORQUE ELLOS HICIERON TODAS ESTAS COSAS, Y LOS TUVE EN ABOMINACION”. (Levítico 20:23)
“Y NO METERAS ABOMINACION EN TU CASA, PORQUE NO SEAS ANATEMA COMO ELLOS” (Deuteronomio 7:26)
En todos los asuntos de su vida diaria, los israelitas recibieron la lección que el Espíritu Santo da en el pasaje siguiente:
“¿NO SABÉIS QUE SOIS TEMPLO DE DIOS, Y QUE EL ESPÍRITU DE DIOS MORA EN VOSOTROS? SI ALGUNO VIOLARE EL TEMPLO DE DIOS, DIOS DESTRUIRA AL TAL: PORQUE EL TEMPLO DE DIOS, EL CUAL SOIS VOSOTROS, SANTO ES”. (1 Corintios 3:16, 17)
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