LA FUENTE DE CURACION-parte 67-
LA CURA MENTAL-parte 3-
LOS QUE DEDICAN SU VIDA A SER DIRIGIDOS POR DIOS Y SERVIRLE, NO SE VERÁN JAMÁS EN SITUACIÓN PARA LA CUÁL EL NO HAYA PROVISTO EL REMEDIO. CUALQUIERA QUE SEA NUESTRA CONDICIÓN, SI SOMOS HACEDORES DE SU PALABRA, TENEMOS UN GUÍA QUE NOS SEÑALA EL CAMINO; CUALQUIERA QUE SEA NUESTRA PERPLEJIDAD, TENEMOS UN BUEN CONSEJERO; CUALQUIERA QUE SEA NUESTRA PERPLEJIDAD, NUESTRO PESAR, LUTO O SOLEDAD, TENEMOS UN AMIGO QUE SIMPATIZA CON NOSOTROS.
Si en nuestra ignorancia damos pasos equivocados, el Salvador no nos abandona. No tenemos nunca por que sentirnos solos. Los ángeles son nuestros compañeros. El Consolador que Cristo prometió enviar en su nombre mora con nosotros. En el camino que conduce a la ciudad de Dios, no hay dificultades que no puedan vencer quienes en El confían. No hay peligros de que no puedan verse libres. No hay tristeza, ni dolor ni flaqueza humana para la cuál El no haya preparado remedio.
NADIE TIENE POR QUE ENTREGARSE AL DESALIENTO NI A LA DESESPERACIÓN. HAY ESPERANZA EN CRISTO. DIOS NO NOS EXIGE QUE VENZAMOS CON NUESTRAS FUERZAS. NOS INVITA A QUE NOS PONGAMOS MUY JUNTO A EL. CUALESQUIERA QUE SEAN LAS DIFICULTADES QUE NOS ABRUMEN Y QUE OPRIMAN EL ALMA Y CUERPO DIOS AGUARDA PARA LIBERTARNOS.
El que se humanó sabe simpatizar con los padecimientos de la humanidad. No sólo conoce Cristo a cada alma, así como sus necesidades y pruebas particulares, sino que conoce todas las circunstancias que irritan el espíritu y lo dejan perplejo. Tiende su mano con tierna compasión a todo hijo de Dios que sufre. Los que más padecen reciben mayor medida de simpatía y compasión. Le conmueven nuestros achaques y desea que depongamos a sus pies nuestras congojas y nuestros dolores, y que allí los dejemos.
No es prudente que nos miremos a nosotros mismos y que estudiemos nuestras emociones. Si lo hacemos el enemigo nos presentará dificultades y tentaciones que debiliten la fe y aniquilen el valor. El fijarnos por demás en nuestras emociones y ceder a nuestros sentimientos es exponernos a la duda y enredarnos en perplejidades. En vez de mirarnos a nosotros mismos, miremos a Jesús.
CUANDO LAS TENTACIONES NOS ASALTAN, CUANDO LOS CUIDADOS, LAS PERPLEJIDADES Y LAS TINIEBLAS PAREZCAN ENVOLVER EL ALMA, DESCANSEMOS EN EL AMOR DE CRISTO Y BAJO SU CUIDADO PROTECTOR. CUANDO EL PECADO LUCHA POR DOMINAR EL CORAZÓN, CUANDO LA CULPA OPRIME EL ALMA Y CARGA LA CONCIENCIA.
CUANDO LA INCREDULIDAD ANUBLA EL ESPÍRITU, ACORDÉMONOS DE QUE LA GRACIA DE CRISTO BASTA PARA VENCER AL PECADO Y DESVANECER LAS TINIEBLAS. AL ENTRAR EN COMUNIÓN CON EL SALVADOR ENTRAMOS EN LA REGIÓN DE PAZ.
PROMESAS QUE CURAN
“JEHOVÁ REDIME EL ALMA DE SUS SIERVOS; Y NO SERÁN ASOLADOS CUANTOS EN EL CONFIAN”. (Salmo 34:22)
“EN EL TEMOR DE JEHOVÁ ESTA LA FUERTE CONFIANZA; Y ESPERANZA TENDRÁN SUS HIJOS”. (Prov. 14:26)
“SION EMPERO A DICHO: ¡ME HA ABANDONADO JEHOVÁ, Y EL SEÑOR SE HA OLVIDADO DE MI! ¿SE OLVIDARA ACASO LA MUJER DE SU NIÑO MAMANTE, DE MODO QUE NO TENGA COMPASION DEL NIÑO DE SUS ENTRAÑAS? ¡AUN LAS TALES LE PUEDEN OLVIDAR; MAS NO ME OLVIDARE YO DE TI”. (Isaías 49:14-160)
“NO TEMAS, YO SOY CONTIGO, NO DESMAYES, QUE YO SOY TU DIOS, QUE TE ESFUERZO: SIEMPRE TE AYUDARE, SIEMPRE TE SUSTENTARE CON LA DIESTRA DE MI JUSTICIA” (Isaías 41:10)
Deja una respuesta