LA FUENTE DE CURACION-parte 64-
LA CARNE CONSIDERADA COMO ALIMENTO-parte 3-
La inteligencia desplegada por muchos animales se aproxima tanto a la de los seres humanos que es un misterio. Los animales ven y oyen, aman, temen y padecen. Emplean sus órganos con harta más fidelidad que muchos hombres. Manifiestan simpatía y ternura para con sus compañeros que padecen. Muchos animales demuestran tener por quienes los cuidan un cariño muy superior al que manifiestan no pocos seres humanos. Experimentan un apego tal para el hombre, que no desaparece sin gran dolor para ellos.
¿Qué hombre de corazón puede, después de haber cuidado animales domésticos, mirar en sus ojos llenos de confianza y afecto, luego entregarlos con gusto a la cuchilla del carnicero? ¿Cómo podrá devorar su carne como si fuese exquisito bocado?
Es un error suponer que la fuerza muscular dependa de consumir alimento animal, pues sin él las necesidades del organismo pueden satisfacerse mejor y es posible gozar de salud más robusta. Los cereales, las frutas, las oleaginosas y las verduras contienen las propiedades nutritivas para producir buena sangre. Estos elementos no son provistos tan bien ni de un modo tan completo por la dieta de carne. Si la carne hubiera sido de uso indispensable para dar salud y fuerza, se la habría incluido en la alimentación indicada al hombre desde el principio.
A menudo, al dejar de consumir carne, se experimenta una sensación de debilidad y falta de vigor. Muchos insisten en que ésto prueba que la carne es esencial; pero se la echa de menos porque es un alimento estimulante que enardece la sangre y excita los nervios. A algunos les es tan difícil dejar de comer carne como los borrachos renunciar al trago; y sin embargo se beneficiarían con el cambio.
Cuando se deja la carne hay que sustituirla con una variedad de cereales, nueces, legumbres, verduras y frutas que sea nutritiva y agradable al paladar. No hay que instar a nadie a que efectué este cambio bruscamente. La carne debe reemplazarse con alimentos sanos. Con cuidado y habilidad pueden prepararse platos nutritivos y apetitosos con que sustituir la carne.
En todos los casos, edúquese la conciencia, apélese a la voluntad, suminístrese alimento bueno y sano, y el cambio se efectuará de buena gana, y en breve cesará la demanda de carne.
¿No es tiempo ya de que todos prescindan de consumir carne? ¿Cómo pueden seguir haciendo uso de un alimento cuyo efecto es tan pernicioso para el alma y el cuerpo, los que se esfuerzan por llevar una vida pura, y anhelan gozar de la compañía de los ángeles celestiales? ¿Cómo pueden quitar la vida a seres creados por Dios? Vuelvan más bien al alimento sano y delicioso que fue dado al hombre en el principio, y enseñen a sus hijos a tener misericordia de los seres irracionales que Dios creo y puso bajo nuestro dominio.
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