LA FUENTE DE CURACION-parte 54-
EL USO DE REMEDIOS -parte 2-
EL DESCANSO COMO REMEDIO
Algunos enferman por exceso de trabajo. Para los tales, el descanso, la tranquilidad y una dieta sobria son esenciales para la restauración de la salud. Los de cerebro cansado y de nervios deprimidos a consecuencia de un trabajo sedentario continuo, se verán muy beneficiados por una temporada en el campo, donde lleven una vida sencilla y libre de cuidados, cerca de la naturaleza Estando sanos o enfermos, el agua pura es para nosotros una de las mas exquisitas bendiciones del cielo.
Es la bebida que Dios proveyó para apagar la sed de los animales y del hombre. Ingerida en cantidades suficientes, el agua suple las necesidades del organismo, y ayuda a la naturaleza a resistir a la enfermedad. Aplicada externamente, es uno de los medios más sencillos y eficaces para regularizar la circulación de la sangre. Un baño frio o siquiera fresco es excelente tónico. Los baños calientes y templados calman los nervios y regulan la circulación.
La acción constituye una ley de nuestro ser. Cada órgano tiene su función señalada, de cuyo desempeño depende el desarrollo y la fuerza de aquél. El funcionamiento normal de todos los órganos da fuerza y vigor, mientras que la tendencia a la inacción conduce al decaimiento y a la muerte. Inmovilícese un brazo, por algunas semanas, suélteselo después y se verá cuanto más débil resulta que el otro que siguió trabajando con moderación durante el mismo tiempo. Igual efecto produce la inacción en todo el sistema muscular.
La inacción es causa fecunda de enfermedades. El ejercicio aviva y regula la circulación de la sangre; pero en la ociosidad la sangre no circula con libertad, ni se efectúa su renovación, tan necesaria para la vida y la salud. La piel también se vuelve inactiva. Las impurezas no son eliminadas como podrían serlo si un ejercicio activo estimulara la circulación; mantuviera la piel en condición de salud, y llenara los pulmones con aire puro y fresco. Tal estado del organismo impone una doble carga a los órganos excretores y acaba en enfermedad.
Los que hacen trabajo mental; como los maestros, estudiantes etc. se enferman a consecuencia del intenso esfuerzo intelectual, si no hacen ejercicio físico compensativo. Estos hábitos combinados con ejercicio adecuado, darían vigor mental y físico a todos los intelectuales y los harían más resistentes. El ejercicio al aire libre es el mejor; pero debe hacerse gustosamente.
El ejercicio es provechoso al dispéptico, pues vigoriza los órganos de la digestión. El ejercicio físico violento inmediatamente después de comer entorpece el trabajo de la digestión; pero un corto paseo después de la comida, es muy provechoso.
Unos engordan porque su organismo está recargado; otros adelgazan y se debilitan porque sus fuerzas vitales se agotan en la tarea de eliminar los excesos de comida. El hígado queda recargado de trabajo en su esfuerzo por limpiar la sangre de impurezas, lo cuál da por resultado la enfermedad. Los médicos recetan muchas veces un viaje por mar o excursión a fuentes minerales, o un cambio de clima, cuando en la mayoría de los casos si los pacientes comieran con moderación, y con buen ánimo hicieran ejercicio sano, recuperarían la salud y ahorrarían tiempo y dinero.
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