LA FUENTE DE CURACION-parte 33
EL TRATO CON LOS DEMAS
Toda asociación en la vida requiere el ejercicio del dominio propio, la tolerancia y la simpatía. Diferimos tanto en disposición, hábitos y educación, que nuestra manera de ver las cosas varía mucho. Juzgamos de modos distintos. Nuestra comprensión de la verdad, nuestras ideas acerca del comportamiento en la vida, no son idénticas en todo respecto. No hay dos personas cuyas experiencias sean iguales en todo detalle. Las pruebas de uno no son las de otro. Los deberes que a uno le parecen fáciles, son para otro en extremo difíciles.
Tan frágil, tan propensa a equivocarse es la naturaleza humana, que cada cual debe ser prudente al valorar a su prójimo. Poco sabemos de la influencia de nuestros actos en la experiencia de los demás. Lo que hacemos o decimos puede parecernos insignificante, sin embargo, de ello dependen importantísimos resultados para el bien o el mal.
MIRAMIENTO POR QUIENES LLEVAN CARGAS
Muchos son los que han llevado tan pocas cargas, y cuyo corazón ha experimentado tan poca angustia verdadera, y han sentido tan poca congoja por el prójimo, que no pueden comprender lo que es llevar cargas. No son capaces de apreciar las de quien las lleva, como es el niño de comprender el cuidado y el duro trabajo de sus padres, hasta que le toque llevar su propia carga, entonces dará una mirada retrospectiva sobre la vida de sus padres, y comprenderá lo que anteriormente le parecía tan incomprensible. La amarga experiencia le dará conocimiento.
”NO JUZGUEIS, PARA QUE NO SEÁIS JUZGADOS. PORQUE CON EL JUICIO CON QUE JUZGAIS, SERÉIS JUZGADOS; Y CON LA MEDIDA QUE MEDIS, OS VOLVERAN A MEDIR” (Mat.7:1,2)
PACIENCIA EN LAS PRUEBAS
Piensen o hagan los demás, con respecto a nosotros, nada debe turbar nuestra unión con Cristo, nuestra comunión con el Espíritu Santo. Hagamos lo que podamos, sin sacrificar los principios cristianos, para conciliarnos con los demás.
“SI TRAJERES TU PRESENTE AL ALTAR, Y ALLÍ TE ACORDARES DE QUE TU HERMANO TIENE ALGO CONTRA TI, DEJA ALLÍ TU PRESENTE DELANTE DEL ALTAR, Y VETE, VUELVE PRIMERO EN AMISTAD CON TU HERMANO, Y ENTONCES VEN Y OFRECE TU PRESENTE”. (Mat.5:23,24)
“LA BLANDA RESPUESTA QUITA LA IRA”. (Prov. 15:1) Hay un poder maravilloso en el silencio. A veces las palabras que se dicen al que está enojado no sirven sino para exasperarlo. Pero pronto se desvanece el enojo contestado con el silencio y con un espíritu cariñoso y paciente.
“NO SEAS VENCIDO DE LO MALO; MAS VENCE CON EL BIEN EL MAL”. (Rom.12:21)
Confiemos completa, humilde y abnegadamente en Dios. El conoce las tristezas que sentimos en las profundidades de nuestro ser y que no podemos expresar. Cuando todo parezca oscuro e inexplicable, recordemos las palabras de Cristo: “LO QUE YO HAGO, TU NO LO ENTIENDES AHORA; MAS LO ENTENDERAS DESPUÉS”. (Juan 13:7)
“SOBRELLEVAD LOS UNOS LAS CARGAS DE LOS OTROS; Y CUMPLID ASÍ LA LEY DE CRISTO”. (Gal.6:2)
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