DOCTRINA DE LA SALVACIÓN
LA EXPERIENCIA DE LA SALVACION– ¿del griego dikaioma,dikaiosis,hagiasmos, del hebreo qadash? -segunda parte-
LA MOTIVACIÓN DEL ARREPENTIMIENTO. “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo” (Juan 12:32). Nuestro corazón se reblandece y subyuga cuando nos damos cuenta de que la muerte de Cristo nos justifica y nos libra de la pena de muerte. Imaginemos los sentimientos de un prisionero que espera su ejecución, al ver que se le entrega un documento en el cuál se lo perdona.
Nada puede conmover las profundidades del alma al punto que puede lograrlo la comprensión del amor perdonador de Cristo. Cuando los pecadores contemplan este amor divino, el cuál se exhibió en la cruz, reciben la más poderosa motivación al arrepentimiento que existe. Esta es la bondad de Dios que nos guía al arrepentimiento (Rom.2:4).
LA JUSTIFICACIÓN. Por medio de la fe en Jesús, el corazón se llena de su Espíritu. Por medio de esa misma fe, que es un don de la gracia de Dios (Rom.12:3; Efe. 2:8), los pecadores arrepentidos reciben la justificación (Rom.3:28). El término “justificación” es una traducción del griego dikaioma que significa “requisito recto, acta”, “reglamentación”, “sentencia judicial”, “acto de justicia”, y dikaiosis que significa “justificación”, “vindicación”, “absolución”. El verbo “dikaioo”, que está relacionado, y que significa “ser pronunciado recto y tratado como tal”, “ser absuelto”, ser justificado”, “recibir la libertad”, “ser hecho puro”, “justificar”, “vindicar”, “hacer justicia”, provee comprensión adicional del significado del término.
El término justificación, en su uso teológico es “el acto divino por el cuál Dios declara justo a un pecador penitente, o lo considera justo .La justificación es lo opuesto de la condenación” (Rom.5:16). La base de esta justificación no es nuestra obediencia sino la de Cristo, por cuánto “por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida………por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos” (Rom.5: 18, 19). El Salvador concede esta obediencia a los creyentes que son “justificados gratuitamente por su gracia” (Rom.3:24) “Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia”
LA EXPERIENCIA DE LA JUSTIFICACIÓN. Por medio de la justificación por fe en Cristo, su justicia nos es imputada. Como pecadores arrepentidos, experimentamos un perdón pleno, completo. ¡Estamos reconciliados con Dios! En el proceso de la justificación, los pecados que han sido confesados y perdonados se transfieren al puro y santo Hijo de Dios, el Cordero portador del pecado.
LOS RESULTADOS. ¿Cuáles son los resultados del arrepentimiento y la justificación?
LA SANTIFICACIÓN. La palabra “santificación” es una traducción del griego hagiasmos, que significa “santidad”, “consagración”, “santificación”, derivado de hagiazo, “hacer santo”, “consagrar”, “santificar”, “colocar aparte”. El equivalente a hebreo es qadash, “apartar del uso común”.
El verdadero arrepentimiento y justificación conducen a la santificación. La justificación es lo que Dios hace por nosotros, mientras que la santificación es lo que Dios hace en nosotros. Ni la justificación ni la santificación son el resultado de obras meritorias. Ambas se deben a la gracia y justicia de Cristo.
“LA JUSTICIA POR LA CUÁL SOMOS JUSTIFICADOS ES IMPUTADA; LA JUSTICIA POR LA CUÁL SOMOS SANTIFICADOS ES IMPARTIDA. LA PRIMERA ES NUESTRO TÍTULO AL CIELO; LA SEGUNDA ES NUESTRA IDONEIDAD PARA EL CIELO”.
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