HECHOS ASOMBROSOS -parte 36-
- 13. Respete cada uno los derechos y las cosas privadas del otro.
“El amor es tolerante. El amor no tiene celos…no es grosero, no es egoísta. No se regocija en la injusticia. Esta lleno de bondad” (1Cor.13:4, Traduccion de Weymouth). “Amaos los unos a los otros, en cuánto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros” (Rom.12:10).
Nota: El derecho a la privacía y al silencio cuando alguien está preocupado debe ser respetado. Los cónyuges no se poseen el uno al otro, de manera que no se deben exigir a la fuerza cambios en la personalidad. Sólo Dios puede hacer esos cambios y cada uno de nosotros es personalmente responsable ante El en este asunto (Rom.14:12). La perfecta confianza mutua es absolutamente esencial para la felicidad.
- 14. Practiquen la limpieza, la modestia, y sean cumplidores.
“Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia” (1Tim.2:9). “Con voluntad trabaja con sus manos (la mujer). Se levanta aún de noche y da comida a su familia. Considera los caminos de su casa y no come el pan de balde” (Prov.31:13-27). “Sed limpios” (Isaías 52:11).”Hágase todo decentemente y con órden” (1Cor.14:40). “Si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo” (1Tim.5:8). “No os hagáis perezosos” (Hebreos 6:12).
Nota: la haraganería, el desorden, la falta de limpieza y el descuido son armas que el diablo usa para destruir el respeto y afecto mutuos y así arruinar su matrimonio. La ropa modesta y limpia y un cuerpo bien aseado son esenciales tanto para el esposo como para la esposa. Las comidas deben ser sanas, bien presentadas y servidas a tiempo. La casa debe estar limpia y ordenada, porque ésto trae paz, tranquilidad y satisfacción a todos. Un esposo que no trabaja, que es descuidado y que no provee para las necesidades de su casa es una maldición para su familia y un insulto para Dios. El descuido en estos aspectos aparentemente pequeños destruye muchos hogares.
- 15. Resuelvan hablarse bondadosamente.
“La blanda respuesta quita la ira” (Prov. 15:1). “Goza de la vida con la mujer que amas” (Ecles.9:9). “Cuando ya fui hombre dejé lo que era de niño” (1Cor.13:11).
Nota: Esfuércense por hablar en forma suave y bondadosa. Cuando se es atacado, el silencio a menudo es el mejor método para calmar la ira. Las decisiones que se hacen cuando se está enojado, cansado o desanimado, no son las mejores, de manera que es mejor relajarse y esperar que pase la tormenta antes de hablar. Y cuando se comunique con su cónyuge de nuevo, que sea suavemente y con amor. Las palabras ásperas y airadas destruyen el deseo de agradar.