ESPERANZA EN LA PALABRA-JESÚS LA UNICA ESPERANZA-parte 6-
UNA PATRIA PARA TODOS-parte 3-
LA BIBLIA NOS PROMETE UN HOGAR DEFINITIVO, AL ALCANCE DE NUESTRAS ESPERANZAS.
LAS MORADAS DE DIOS-parte 2-
Sin duda, lo más maravilloso de esta ciudad, es que:
“EL TRONO DE DIOS Y DEL CORDERO ESTARÁ EN ELLA” (APOCALIPSIS 22:3)
Es decir, la ciudad que Jesús nos dará por herencia ¡será el asiento del trono de Dios! Que enorme privilegio, ¡los redimidos tendrán a Dios mismo como vecino! Esa ciudad se trasladará a esta tierra ¡Una ciudad que cruza el espacio sideral para asentarse en esta tierra! Y sin embargo, así lo afirma el profeta.
“Y YO JUAN VI LA SANTA CIUDAD, LA NUEVA JERUSALÉN, DESCENDER DEL CIELO…COMO UNA ESPOSA ATAVIADA PARA SU MARIDO” (APOCALIPSIS 21:2).
Y otra vez nos lo repite,
“Y ME LLEVO EN EL ESPÍRITU A UN MONTE GRANDE Y ALTO, Y ME MOSTRO LA GRAN CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN, QUE DESCENDÍA DEL CIELO, DE DIOS” (21:10).
La razón por la que esta ciudad será trasladada a esta tierra, es que el Señor siempre ha anhelado morar entre los hombres. (21:3). Esta tierra será transformada en nuestro hogar también. Esa tierra, cansada y deteriorada, será restaurada a su perfección original después de que haya sido purificada en fuego (2 Pedro 3:10, 11). El profeta Juan lo narra así:
“VI UN CIELO NUEVO Y UNA TIERRA NUEVA; PORQUE EL PRIMER CIELO Y LA PRIMERA TIERRA PASARON, Y EL MAR YA NO EXISTÍA MAS”. “…NO HABRÁ MUERTE, NI HABRÁ MAS LLANTO, NI CLAMOR, NI DOLOR; PORQUE LAS PRIMERAS COSAS PASARON” (APOCALIPSIS 21: 1, 4).
El profeta Isaías también escribió abundantemente acerca de cómo será esta tierra renovada. En ella :
“MORARA EL LOBO CON EL CORDERO, Y EL LEOPARDO CON EL CABRITO SE ACOSTARA; EL BECERRO Y EL LEÓN Y LA BESTIA DOMESTICA ANDARÁN JUNTOS, Y UN NIÑO LOS PASTOREARA” (ISAÍAS 11:6).
Las naciones habitarán en paz y armonía perfectas, y vendrán cada sábado a adorar delante de Dios en la ciudad santa. (ISAÍAS 66:22, 23; APOCALIPSIS 21:24)
CONCLUSION
Es verdad que nuestro hoy está lleno de incertidumbre y lágrimas. Nuestra salud puede disiparse de la noche a la mañana, los amigos nos pueden traicionar, nuestro hogar puede disolverse y podemos perder nuestro trabajo en cualquier momento.
Somos tan sólo peregrinos con rumbo fijo. Peregrinos que marchan hacia el hogar definitivo que Jesús nos ha ido a preparar. El requisito de entrada no es algo difícil de cumplir. Todo lo que necesitamos es hacernos amigos de Jesús, y caminar con El, mientras transitamos por esta vida temporal que el Señor nos da.
Deja un comentario